El agujero de ozono sobre la Antártida alcanzó su máximo anual el pasado 16 de septiembre, cuando llegó a ocupar una extensión de 24 millones de kilómetros cuadrados, de acuerdo con datos de la NASA. Así, según ha informado la Organización Meteorológica Mundial, el tamaño de este agujero –que se produce todos los años– es mayor que en 2002 y 2010 pero menor que el de 2011.
El último boletín sobre la situación del ozono en la Antártida de la OMM señala que la media de la superficie del agujero de ozono en los últimos diez días de septiembre era de 20,9 millones de kilómetros cuadrados, según datos del Instituto Real de Meteorología de los Países Bajos.
El déficit de la masa de ozono promediada a lo largo del mismo periodo era de 19,59 megatoneladas, lo que representa, provisionalmente, un tamaño mayor que en 2010 y 2012 y menor que en 2011.
Así, la OMM señala que a medida que las temperaturas aumentan tras el invierno en el hemisferio sur, se reduce la tasa de agotamiento del ozono. Sin embargo, la organización señala que todavía es "demasiado pronto" para pronunciarse definitivamente sobre la magnitud de la pérdida del ozono que se producirá en 2013.
El agujero de ozono sobre la Antártida alcanzó su máximo anual el pasado 16 de septiembre, cuando llegó a ocupar una extensión de 24 millones de kilómetros cuadrados, de acuerdo con datos de la NASA. Así, según ha informado la Organización Meteorológica Mundial, el tamaño de este agujero –que se produce todos los años– es mayor que en 2002 y 2010 pero menor que el de 2011.
El último boletín sobre la situación del ozono en la Antártida de la OMM señala que la media de la superficie del agujero de ozono en los últimos diez días de septiembre era de 20,9 millones de kilómetros cuadrados, según datos del Instituto Real de Meteorología de los Países Bajos.
El déficit de la masa de ozono promediada a lo largo del mismo periodo era de 19,59 megatoneladas, lo que representa, provisionalmente, un tamaño mayor que en 2010 y 2012 y menor que en 2011.
Así, la OMM señala que a medida que las temperaturas aumentan tras el invierno en el hemisferio sur, se reduce la tasa de agotamiento del ozono. Sin embargo, la organización señala que todavía es "demasiado pronto" para pronunciarse definitivamente sobre la magnitud de la pérdida del ozono que se producirá en 2013.
La información del Boletín sobre la situación del ozono en la Antártida se basa en observaciones realizadas en tierra, mediante globos y satélites meteorológicos del programa de la OMM Vigilancia de la Atmósfera Global y su red de estaciones científicas en algunos de los terrenos más inhóspitos del mundo. En la mayoría de estaciones se señaló que había claros signos de agotamiento de la capa de ozono.
De este modo, el 17 de septiembre el agujero de ozono se extendía hasta el extremo sur del continente suramericano y afectaba a algunas zonas deshabitadas como Ushuaia y Río Gallegos, donde científicos argentinos realizan observaciones de la capa de ozono de la estratosfera.
Concretamente, estos episodios se producen pocas veces entre septiembre y noviembre. En noviembre, en particular, es cuando el sol está en la posición más alta del cielo y se produce un aumento significativo de la intensidad de la radiación ultravioleta solar que llega a la superficie de la Tierra.
Las condiciones meteorológicas registradas en la estratosfera de la Antártida durante el invierno austral (junio a agosto) crean el marco para que se produzca el fenómeno anual recurrente del agujero de ozono. Los últimos diez días de septiembre suelen marcar la época en la que el agujero de ozono alcanza su máximo tamaño.
El agujero de ozono más grande se observó en 2006. Tras la prohibición de diversas sustancias que afectaban al ozono, la destrucción de esta capa ha detenido su progreso, sin embargo, aún se prevén importantes agujeros de ozono en la Antártida durante las dos próximas décadas.
Fuente: Europa Press