Un equipo de investigadores estadounidenses ha puesto la luna hipervolcánica de Júpiter Io en su punto de mira, ya que podría dar numerosas pistas sobre cómo era la Tierra hace 4.000 millones de años.

   Io es el objeto más volcánicamente activo en el sistema solar. Eliminando sus depósitos de calor interno a través de erupciones intensas que cubren toda la luna con cerca de 1 centímetro de lava cada año. Según han explicado los expertos, la Tierra habría pasado por una fase similar en su juventud, antes de que el se enfriara lo suficiente para que la tectónica de placas se pusiera en marcha.

   La Tierra se formó por la fusión de muchos pequeños "planetesimales", rocosos hace unos 4,5 millones de años. Estas colisiones generan mucho calor, al igual que la posterior separación del núcleo metálico de la Tierra y de la desintegración de elementos radiactivos. Como resultado, la antigua Tierra albergaba mucho más calor en su interior que hoy, quizás entre cinco y 10 veces más.

   Por ello, los autores de este trabajo, que ha sido publicado en 'Nature', creen que la Tierra primitiva pudo haber funcionado como Io, donde el calor fluye a la superficie a través de "tuberías" volcánicas en grandes cantidades.

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