El 15 de Febrero a las 9:20 hora local, un meteorito cayó en la Tierra y cruzó como un rayo de 20 a 30 kilómetros por encima de la ciudad de Chelyabinsk, Rusia.
Inicialmente se desplazaba a unos 20 kilómetros por segundo. La explosiva desaceleración tras impactar con la atmósfera inferior produjo un flash más brillante que el Sol. Esta imágen del resplandeciente bólido (y otras del rastro persistente) fue captada por el fotógrafo Marat Ametvaleev, sorprendido durante la sesión mañanera de creación de fotografías panorámicas del paisaje helado. Estima que la explosión de la roca espacial de 17 metros de ancho y una masa de 7.000 a 10.000 toneladas liberó unos 500 kilotones de energía.
El 15 de Febrero a las 9:20 hora local, un meteorito cayó en la Tierra y cruzó como un rayo de 20 a 30 kilómetros por encima de la ciudad de Chelyabinsk, Rusia.
Inicialmente se desplazaba a unos 20 kilómetros por segundo. La explosiva desaceleración tras impactar con la atmósfera inferior produjo un flash más brillante que el Sol. Esta imágen del resplandeciente bólido (y otras del rastro persistente) fue captada por el fotógrafo Marat Ametvaleev, sorprendido durante la sesión mañanera de creación de fotografías panorámicas del paisaje helado. Estima que la explosión de la roca espacial de 17 metros de ancho y una masa de 7.000 a 10.000 toneladas liberó unos 500 kilotones de energía.
La magnitud del evento de Chelyabinsk es la más grande conocida desde el impacto de Tunguska, Siberia, en 1908.
Hoy en día se cree que un suceso de este tipo ocurre en promedio una vez cada 100 años.
Credito: Marat Ahmetvaleev