Una investigación publicada el pasado 29 de Agosto en la revista Journal of Geophysical Research parece confirmar la existencia de nevadas de hielo seco en nuestro vecino planeta rojo.
El equipo investigador, liderado por el Dr. Paul O. Hayne del CalTech, analizó las imágenes infrarrojas tomadas durante el invierno en el polo sur marciano por el Mars Climate Sounder (MCS). El MCS es un instrumento capaz de medir los cambios en la composición y temperatura atmosférica que se suceden con la altura, ubicado en la sonda Mars Reconnaissance Orbiter (MRO) de la NASA.
Marte posee dos casquetes polares formados por hielo, al igual que nuestro propio planeta. Sin embargo, difieren en un aspecto muy importante: los polos marcianos están cubiertos fundamentalmente por hielo de dióxido de carbono (CO2), aunque se sospecha la posibilidad de que también exista hielo de agua. De hecho, en 2008, la sonda Phoenix Lander descubrió agua helada en una región próxima al polo norte marciano.
Una investigación publicada el pasado 29 de Agosto en la revista Journal of Geophysical Research parece confirmar la existencia de nevadas de hielo seco en nuestro vecino planeta rojo.
El equipo investigador, liderado por el Dr. Paul O. Hayne del CalTech, analizó las imágenes infrarrojas tomadas durante el invierno en el polo sur marciano por el Mars Climate Sounder (MCS). El MCS es un instrumento capaz de medir los cambios en la composición y temperatura atmosférica que se suceden con la altura, ubicado en la sonda Mars Reconnaissance Orbiter (MRO) de la NASA.
Marte posee dos casquetes polares formados por hielo, al igual que nuestro propio planeta. Sin embargo, difieren en un aspecto muy importante: los polos marcianos están cubiertos fundamentalmente por hielo de dióxido de carbono (CO2), aunque se sospecha la posibilidad de que también exista hielo de agua. De hecho, en 2008, la sonda Phoenix Lander descubrió agua helada en una región próxima al polo norte marciano.
Los casquetes polares de Marte presentan una dinámica estacional muy importante: durante el invierno del hemisferio norte, la cubierta de hielo aumenta considerablemente mientras disminuye la del polo sur, ocurriendo lo contrario a partir de que la primavera marciana llegue al polo norte.
El mecanismo de depósito de hielo carbónico en los casquetes se pensaba que podía ser fundamentalmente por condensación, es decir, en forma de escarcha. A pesar de lo cual se sospechaba que también pudieran existir verdaderas nevadas de CO2, al menos en el casquete sur. El problema está en que posibles nubes cargadas de copos de dióxido de carbono y los mantos de escarcha superficiales, resultan muy difíciles de distinguir. El estudio realizado por Hayne y su equipo viene a corroborar la hipótesis de las nevadas carbónicas.
Estudiando imágenes tomadas durante 2006 y 2007 por el MCS de la Mars Reconnaissance Orbiter, los investigadores han detectado nubes de dióxido de carbono y evidencias de precipitaciones en forma de nieve sobre el polo sur.
El análisis de las imágenes del MCS muestra extensas nubes troposféricas de CO2 en los denominados “puntos fríos”, unas regiones con temperaturas y albedo infrarrojo anormalmente bajos. La presencia de estas nubes, junto a depósitos superficiales de hielo carbónico juegan un importante papel en la emisión infrarroja de la capa de hielo estacional. Precisamente, el estudio confirma la presencia de una gran nube de alrededor de 500 km de diámetro que persiste a lo largo de todo el invierno sobre el casquete polar sur residual (la parte que se mantiene congelada durante el verano).
Según afirman los autores en su publicación, las nevadas sobre el casquete residual explicarían la baja intensidad de brillo en el infrarrojo que, paradójicamente, tenderían a reducir la acumulación neta de CO2 estacional, debido a la retrodispersión de la radiación infrarroja.
En caso de confirmarse, se trataría del único fenómeno conocido de nieve de dióxido de carbono que cae en un cuerpo del sistema solar.
Fuente: NASA