"Es como el clásico truco de magia: ahora lo ves, ahora no. Sólo que en este caso estamos hablando del polvo de toda la región interna de un sistema solar, y pese a ello se ha esfumado", explica de forma coloquial pero contundente Carl Melis de la Universidad de California en San Diego, uno de los autores de un estudio sobre este enigmático fenómeno. Un informe sobre esa investigación ha sido publicado en la prestigiosa revista académica Nature.
El disco de polvo alrededor de TYC 8241 2652 fue visto por el satélite de astronomía infrarroja IRAS de la NASA en 1983, y siguió brillando intensamente durante un cuarto de siglo. Se consideraba que dicho polvo fue originado por colisiones entre planetas en formación, un acontecimiento normal en el proceso de formación planetaria. Al igual que hace la Tierra, el polvo caliente absorbe luz estelar visible y reirradia esa energía en forma de radiación infrarroja, o calor.
El primer indicio fuerte de desaparición del disco de polvo provino de imágenes tomadas en enero de 2010 por el satélite astronómico WISE (llamado así por las siglas de Wide-field Infrared Survey Explorer) de la NASA. Una imagen infrarroja obtenida por el telescopio Gemini desde Chile el 1 de mayo de 2012, y analizada en profundidad, ha confirmado que el polvo ha desaparecido.
"Es como el clásico truco de magia: ahora lo ves, ahora no. Sólo que en este caso estamos hablando del polvo de toda la región interna de un sistema solar, y pese a ello se ha esfumado", explica de forma coloquial pero contundente Carl Melis de la Universidad de California en San Diego, uno de los autores de un estudio sobre este enigmático fenómeno. Un informe sobre esa investigación ha sido publicado en la prestigiosa revista académica Nature.
El disco de polvo alrededor de TYC 8241 2652 fue visto por el satélite de astronomía infrarroja IRAS de la NASA en 1983, y siguió brillando intensamente durante un cuarto de siglo. Se consideraba que dicho polvo fue originado por colisiones entre planetas en formación, un acontecimiento normal en el proceso de formación planetaria. Al igual que hace la Tierra, el polvo caliente absorbe luz estelar visible y reirradia esa energía en forma de radiación infrarroja, o calor.
El primer indicio fuerte de desaparición del disco de polvo provino de imágenes tomadas en enero de 2010 por el satélite astronómico WISE (llamado así por las siglas de Wide-field Infrared Survey Explorer) de la NASA. Una imagen infrarroja obtenida por el telescopio Gemini desde Chile el 1 de mayo de 2012, y analizada en profundidad, ha confirmado que el polvo ha desaparecido.
"Nada de esto se ha visto en los muchos cientos de estrellas en las que los astrónomos han estudiado anillos de polvo", subraya Ben Zuckerman de la UCLA (Universidad de California en Los Ángeles), miembro del equipo de investigación. "Esta desaparición es notablemente rápida incluso en la escala humana del tiempo. La desaparición del polvo en TYC 8241 2652 ha sido tan rápida y atípica, que inicialmente pensé que nuestras observaciones simplemente estaban erradas de alguna manera extraña".
Los astrónomos han llegado a un par de posibles soluciones al misterio, pero ellos mismos admiten que ninguna de ellas parece creíble. El misterio, por tanto, queda pendiente de ser resuelto por alguna investigación futura.
Fuente: NCYT