El agujero negro de la Vía Láctea fue mucho más activo en el pasado. Ilustración de los chorros de rayos gamma de la Vía Láctea. (Foto: David A. Aguilar (CfA)

El equipo de los astrónomos Meng Su y Douglas Finkbeiner, del Centro para la Astrofísica (CfA) en Cambridge, Massachusetts, gestionado conjuntamente por la Universidad de Harvard y el Instituto Smithsoniano, en Estados Unidos, ha analizado los débiles pero delatadores vestigios de dos haces que debieron ser emitidos desde el centro de la galaxia a consecuencia de fenómenos promovidos por una actividad intensa de absorción de materia a cargo del agujero negro supermasivo que se oculta en el núcleo galáctico. Los resultados del análisis sugieren que ese agujero negro estuvo muy activo en un pasado astronómicamente reciente, acaso tan sólo un millón de años atrás.

Los dos haces, o chorros, fueron detectados gracias al telescopio espacial Fermi de la NASA. Se extienden desde el centro de la galaxia hasta una distancia de 27.000 años-luz por encima y por debajo del plano galáctico. Estos son los primeros chorros de rayos gamma de este tipo que se han encontrado y los únicos que están lo bastante cercanos como para ser observables mediante el Fermi.

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