El 24 de agosto, Rusia perdió durante el ascenso a su nave de carga Progress M-12M/44P, en dirección a la estación espacial internacional. El vehículo se estrelló al no alcanzar la velocidad orbital.
El despegue ocurrió a las 13:00 UTC, desde el cosmódromo de Baikonur. Sin embargo, tras 5 minutos y 20 segundos de vuelo, el sistema de propulsión de la tercera etapa del cohete Soyuz-U (Blok I) experimentó un fallo que supuso su apagado automático. Falto de impulso, el conjunto reentró de nuevo y cayó sobre la Tierra, tras describir una amplia parábola.
Como es habitual, la nave de carga transportaba suministros para el complejo internacional, como oxígeno, agua, combustible, alimentos, recambios y experimentos científicos, entre otras cosas. En total, unas 2,9 toneladas de peso que se quemaron tras el reingreso en la atmósfera, y que impactaron, junto a los restos del cohete, en la zona oriental de Rusia.

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