El 1º satélite de observación argentino cumple diez años

Construido íntegramente en el país en el marco del Plan Espacial Nacional, fue lanzado desde los Estados Unidos el 21 de noviembre de 2000.

Brinda información territorial, continental y marítima de diversas aplicaciones.

El primer satélite de teleobservación argentino, el SAC-C, cumplirá mañana diez años en órbita, duplicando la expectativa mínima de vida para la que fue diseñado.

A las 16:55 del día 21 de noviembre de 2000 llegó al espacio, creado por la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) y fue la primera misión satelital operativa de teledetección del Plan Espacial Nacional, realizada en cooperación con la NASA como socio principal, y con participación de otras agencias espaciales como la italiana, la francesa y la brasileña.

Construido íntegramente en el país en el marco del Plan Espacial Nacional, fue lanzado desde los Estados Unidos el 21 de noviembre de 2000.

Brinda información territorial, continental y marítima de diversas aplicaciones.

El primer satélite de teleobservación argentino, el SAC-C, cumplirá mañana diez años en órbita, duplicando la expectativa mínima de vida para la que fue diseñado.

A las 16:55 del día 21 de noviembre de 2000 llegó al espacio, creado por la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) y fue la primera misión satelital operativa de teledetección del Plan Espacial Nacional, realizada en cooperación con la NASA como socio principal, y con participación de otras agencias espaciales como la italiana, la francesa y la brasileña.

“El SAC-C nos dio muchas satisfacciones y posiblemente nos siga dando”, expresó Conrado Varotto, Director Ejecutivo y Técnico de la CONAE. “Muchas cosas han sucedido en estos 10 años en el campo espacial en nuestro país y mucho le debemos al SAC-C.

En el área de aplicaciones, pudimos proveer información sobre nuestro territorio continental y marítimo, que resultó muy útil para diversos sectores de la producción, la academia, la educación, la salud, el clima, las emergencias, la planificación territorial, la energía, la protección del medio ambiente y la seguridad. Y nuestro SAC-C se ha portado muy, pero muy bien”, destacó orgulloso el responsable de la agencia espacial argentina.

Y, en rigor de verdad, sus palabras no hacen más que reflejar lo que el satélite certifica con sus numerosas labores.

Por ejemplo, realiza el monitoreo de la calidad del agua de los océanos, detectando floraciones de algas nocivas. También el seguimiento de volcanes, aportando vital información sobre la erupción de El Chaitén, en Chile.

Además, sirve para la vigilancia de plagas agrícolas, asistiendo al Ministerio de Asuntos Agrarios de la provincia de Buenos Aires en determinación de áreas a tratar en 28 partidos.

Sin embargo, los usos son muy variados y muchos.

En obras hídricas, por caso, en la descarga de la Laguna La Picasa al Río Paraná y en estimación de superficies inundadas. Igualmente, en el monitoreo de incendios y sequía en Córdoba y el alud de lodo en Tartagal, Salta, y colaborando con otros organismos como el Instituto Nacional del Agua (INA), que elabora alertas de riesgo hidrológico y evaluaciones de emergencias hídricas; la Secretaría de Agricultura, Pesca y Alimentación, el INTA, la Bolsa de Cereales de Entre Ríos, entre otros usuarios del sector estiman cosechas; inventarios forestales por la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable.

Proyectos de investigación científica en universidades, institutos del CONICET y centros del exterior.

El desarrollo y construcción del SAC-C estuvo en manos de profesionales del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación y de empresas de tecnología como INVAP, contratista principal del satélite.

El equipo congregó a más de 250 ingenieros electrónicos, mecánicos y aeronáuticos; también a matemáticos y físicos, y a otras especialidades del ámbito de las ciencias aplicadas. La coordinación estuvo a cargo de profesionales de la CONAE, en su rol de “arquitecto” espacial.

“Fue la primera vez que se construyó un satélite de la complejidad del SAC-C en la Argentina”, señala el ingeniero Fernando Hisas, asesor de Proyectos Satelitales de la CONAE.

“Esto significó aprender a resolver diversas problemáticas, hacer las primeras cámaras para volar en el espacio y cumplir con los requerimientos de calidad de una misión operativa.”

http://satelitesargentinos.blogspot.com/2010/11/el-primer-satelite-de-observacion.html
http://www.fcagr.unr.edu.ar/mdt/GTS/sacc.htm

José Ramos – LIADA

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