La misteriosa Vesta

Por Gustavo Blettler

 

Imágen del asteroide Vesta

Para los romanos, Vesta era la diosa del hogar. Representaba el arte femenino de mantener el fuego en el hogar. Está relacionada con las doncellas que desde los seis años de edad se dedicaban a mantener las llamas encendidas en hogares y los altares.
Para la astronomía, Vesta es un cuerpo cuasi esférico de unos 530 Km de diámetro que se desplaza alrededor del sol siguiendo una órbita dentro del cinturón de asteroides.
Respecto de sus vecinos celestes, presenta un volumen similar al asteroide Palas, pero es mucho más masivo, de hecho solo el planeta enano Ceres tiene más masa que Vesta por esas regiones. 
Las temperaturas en Vesta fluctúan entre los  –60 °C y –130 °C, aunque pueden registrarse hasta -190 °C.
Vesta gira sobre si misma en unas 5.3 hs., lo que constituye una velocidad de rotación muy elevada para un asteroide.

Por Gustavo Blettler

 

Imágen del asteroide Vesta

Para los romanos, Vesta era la diosa del hogar. Representaba el arte femenino de mantener el fuego en el hogar. Está relacionada con las doncellas que desde los seis años de edad se dedicaban a mantener las llamas encendidas en hogares y los altares.
Para la astronomía, Vesta es un cuerpo cuasi esférico de unos 530 Km de diámetro que se desplaza alrededor del sol siguiendo una órbita dentro del cinturón de asteroides.
Respecto de sus vecinos celestes, presenta un volumen similar al asteroide Palas, pero es mucho más masivo, de hecho solo el planeta enano Ceres tiene más masa que Vesta por esas regiones. 
Las temperaturas en Vesta fluctúan entre los  –60 °C y –130 °C, aunque pueden registrarse hasta -190 °C.
Vesta gira sobre si misma en unas 5.3 hs., lo que constituye una velocidad de rotación muy elevada para un asteroide.

Fotocomposición del asteroide Vesta

También era el único asteroide que presentaba zonas oscuras y claras en su superficie, igual que nuestra Luna.
Hasta aquí, Vesta no era más que un asteroide algo anómalo, por su rotación, color y masa. Pero entonces en 1996 el  telescopio espacial Hubble detectó un cráter enorme, con un tamaño 430 km. Es decir un cráter enorme para el tamaño de Vesta.  
Ahora, algunas cosas empezaron a explicarse;  y entonces las hipótesis y observaciones se hicieron más frecuentes. 
El gran impacto había evidentemente destrozado la corteza del cuerpo, dejando al descubierto un profundo manto de olivino, lo que implica un gran hallazgo por partida doble. Por un lado implicaba que Vesta, a la inversa del resto de los asteroides, había sufrido un proceso de formación muy complejo y por otro lado, su expuesto manto está conformado por olivinos, casi con seguridad el mismo material que constituye el manto terrestre. Esto convierte a Vesta en un excelente observatorio del interior de los planetas de tipo terrestre.
El material faltante en Vesta después de la colisión, no desapareció, sino que generó una familia de pequeños asteroides (asteroides tipo V o Vestoides como el Kollaa y el Braille que orbita cerca de la tierra). Los Vestoides se han dispersado después del impacto, por acción conjunta de perturbaciones planetarias y el efecto Yarkovsky . Algunos de ellos incluso han caído en la tierra (meteoritos HED) mostrando una  huella espectral similar -trazas de piroxenos- a la composición de la superficie de Vesta.
Curiosamente, este impacto que tanta información puede brindar sobre el origen de los planetas terrestres, también echo por tierra la aspiración de Vesta a ser considerada planeta enano, según la resolución  XXVI 5 de la IAU. Por esto, aunque no se parezca a un asteroide y si y mucho a un planeta, aún permanece bajo el nombre de asteroide. Esta resolución fue apelada y se espera que Vesta pueda un día ser clasificada como planeta enano, y aumente así su jerarquía celeste.  
La sonda espacial Dawn, entrará en órbita de Vesta a fines de este año (2010) y tal vez se convierta en el juez imparcial que ponga a Vesta definitivamente en su lugar. 
Veamos ahora, en limpio, los pasos que se sucedieron en la génesis de Vesta y que conformaron su peculiar geología:

La sonda Dawn orbitando Vesta

 

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