Un equipo de astrónomos realiza el modelo más detallado y completo de la supergigante roja que está cerca de explotar.
Nebulosa del Cangrejo M1 o NGC 1952, sirve de ejemplo para lo que ocurrirá con Betelgeuse
Durante las últimas semanas, un repentino oscurecimiento de la supergigante roja Betelgeuse hizo presagiar su explosión inminente. A 642 años luz de la Tierra y mil veces más masiva que el Sol, la estrella es una de las más brillantes de la constelación de Orión, por lo que su súbita pérdida de brillo preocupó seriamente a los astrónomos.
Hace apenas unos días, sin embargo, los científicos hallaron que una masa de polvo y gas expulsada por la propia Betelgeuse podía ser la responsable de su alarmante oscurecimiento. Lo cual, por supuesto, rebajó el nivel de alarma en torno a su violento final, el momento catastrófico en que la supergigante se convertirá en supernova. A pesar de ello, y aunque la explosión no se considera inminente, sabemos muy bien que la estrella está viviendo sus últimos días. Y que cuando finalmente explote se convertirá en un espectáculo celeste sin parangón para la Humanidad. Su brillo, en efecto, superará durante semanas al de la Luna llena y la explosión será perfectamente visible incluso a pleno día.
Por eso, un equipo de investigadores de la Universidad de California en Santa Bárbara ha realizado un modelo que muestra cómo será la explosión de Betelgeuse, hasta qué punto aumentará su brillo y cómo podremos verla desde la Tierra.
«Queríamos saber cómo se vería una estrella pulsante en el momento de explotar -afirma Jared Goldberg, autor principal de un estudio recién publicado en « The Astrophysical Journal»-. «Los modelos anteriores son más simples, porque no incluían los efectos que dependen tel tiempo de las pulsaciones».
La supernova que viene
Cuando una estrella muy masiva se queda sin material en el núcleo (el combustible que mantiene encendido su horno de fusión nuclear), colapsa bajo su propia gravedad y se convierte en supernova. Algo que le sucederá a Betelgeuse en algún momento de los próximos 100.000 años, un simple parpadeo en las escalas de tiempo astronómicas. Cuando suceda, la explosión generará un brillo tal que eclipsará al de toda la galaxia.
Pero no todas las supernovas son iguales. De hecho, difieren en función de su masa, su radio y la cantidad de energía que generan al explotar. Las estrellas pulsantes, como es el caso de Betelgeuse, hacen que sea más difícil predecir la forma en que explotarán, porque las diferentes capas de la estrella pueden expandirse o contraerse, oponiéndose unas a otras. La luz de las capas que se contraen es más tenue, mientras que la que emiten las capas en expansión es más brillante.
«En diferentes momentos de la pulsación -explica Goldberg- parece la supernova de una estrella más grande o de una más pequeña. Es cuando empiezas a considerar las pulsaciones cuando las cosas se hacen más complicadas, y eso es lo que hace que nuestro modelo produzca diferencias notables».
En el caso de Betelgeuse, los investigadores descubrieron que la estrella entera pulsa al unísono, lo que significa que cuando muera, se comportará como si fuera una estrella estática con un radio dado. Por lo tanto, los modelos de supernova para estrellas como Betelgeuse se parecen a los que no tienen en cuenta sus pulsaciones.
En todo caso, el espectáculo, que nadie lo dude, está más que garantizado.
Fuente: ABC