Proponen analizar el movimiento de estrellas próximas al centro de la galaxia, en busca de perturbaciones gravitatorias causadas por estrellas «al otro lado» de estos túneles del espacio-tiempo.
Desde los años treinta, algunos físicos teóricos proponen la existencia de los agujeros de gusano, agujeros blancos o puentes de Einstein-Rosen. Son un fruto matemático de las ecuaciones de la Relatividad General que se comportarían como el inverso de los agujeros negros, es decir, como emisores de energía. Además, se entienden como una especie de túnel que conecta dos puntos del espacio-tiempo o quizás incluso dos universos distintos. Nunca se han podido detectar y se ignora si realmente es posible que existan durante algo más que un instante, porque las condiciones necesarias para ello retan los límites de la física que conocemos.
Ahora, un equipo de investigadores de la Universidad de Buffalo (EEUU) y de Yangzhou (China) ha publicado un artículo en Physical Review D en el que han discutido un método que, según sostienen, permitiría detectar agujeros de gusano de la Vía Láctea.
A la sombra de un agujero negro supermasivo
Su método se centra en detectar estos objetos teóricos en los alrededores de Sagitario A*, el agujero negro supermasivo situado en el corazón de la Vía Láctea y que tiene una masa de más de cuatro millones de soles. Dicha masa está concentrada en una esfera de apenas 6 horas luz de radio (la distancia media entre el Sol y Neptuno es de cerca de cuatro horas luz), por lo que genera una descomunal distorsión en el espacio-tiempo circundante. Y esto es precisamente lo que estos científicos están interesados en buscar, tal como han explicado en un comunicado.
Las grandes masas son como profundos pozos en el spacio-tiempo. A través del efecto de lente gravitacional, por ejemplo, son capaces de desviar la luz y desplazar la imagen que veríamos detrás de ellas, como si fueran una lupa distorsionando las letras escritas en un mapa. En el caso de los agujeros de gusano podría pasar algo similar: dado que conectan dos puntos del espacio-tiempo, estos científicos creen que podríamos detectar la influencia gravitacional de cosas que, sencillamente, no están ahí, pero cuya gravedad cruza estos supuesto túneles espacio-temporales.
De hecho, creen que se podría detectar estas perturbaciones analizando los movimientos y las velocidades de las estrellas que orbitan el entorno de sagitario A*.
«Si tienes dos estrellas, una a cada lado de un agujero de gusano, la estrella de nuestro lado debería sentir la influencia gravitacional de la estrella que está al otro lado», ha dicho Dejan Stojkovic, director de la investigación, en un comunicado. «Así que si sigues la órbita esperada de una estrella alrededor de Sagitario A*, deberíamos poder ver cómo se desvía si hay un agujero de gusano con una estrella al otro lado».
A la caza de la estrella S2
El mejor candidato para buscar ese tipo de perturbaciones es S2, una estrella muy interesante que gira alrededor de Sagitario A*. Tiene una masa de alrededor de 14 o 15 soles y gira a velocidades relativistas (de una fracción considerable de la velocidad de la luz), por lo que estudiarla resulta muy interesante para estudiar la Relatividad General.
Todavía no existen técnicas capaces de detectar las perturbaciones predichas por estos investigadores, pero Stojkovic sostiene que en dos décadas se podría lograr, sencillamente midiendo la trayectoria de S2 durante periodos largos de tiempo. Sin embargo, ha subrayado, encontrar ese tipo de perturbaciones no permitiría concluir que existe un agujero de gusano, puesto que su origen podría ser alguna estrella u otro objeto no detectado.
¿Una nave atravesando un agujero de gusano?
Además, una cosa es detectar estas perturbaciones y otra muy diferente que una nave pueda atravesar un agujero de gusano. «Incluso si un agujero de gusano es atravesable», ha dicho Stojkovic, «ni la gente ni una nave van a poder pasar, muy probablemente». Básicamente, para ello sería necesario una fuente de energía, la llamada energía negativa, para mantener abierta la boca del agujero de gusano. «Para crear un agujero de gusano grande y que sea estable, hace falta algún tipo de magia», ha razonado.
Sin embargo, los agujeros de gusano siguen siendo muy interesantes, porque son teóricamente posibles o, como Dejan Stojkovic explica, «una solución legítima para las ecuaciones de Einstein».
Dudas entre otros científicos
En todo caso, varios investigadores, consultados por « Live Science», albergan sus dudas. Según un comentario publicado en el servidor de prepublicaciones arXiv y elaborado por Serguei Krasnikov, investigador en el Observatorio Central de Pulkovo, Rusia, incluso con medidas más precisas a las actuales los astrónomos no podrían detectar la aceleración debida a un agujero de gusano sobre una estrella como S2.
Jolyon Bloomfield, profesor del Instituto Tecnológico de Massachusetts (EEUU), ha destacado que la investigación dirigida por Dejan Stojkovic asume la existencia de agujeros de gusano estables, lo que no está sostenido por la Relatividad General: «No estoy convencido de que el planteamiento sea válido y, por tanto, no confío en sus resultados». De hecho, en su opinión, cualquier desviación detectada en una estrella próxima a Sagitario A* se debería más probablemente a alguna modificación de la Relatividad General que a la influencia de un agujero de gusano.
Fuente: ABC