Señales de la sonda New Horizons recibidas por la NASA confirmaron su encuentro con Ultima Thule, el objeto más distante en el Sistema Solar jamás visitado por una nave.
Una de las últimas fotos enviadas a Tierra por New Horizons antes de su cercana aproximación a Ultima Thule. La imagen de la derecha es una reproducción más nítida de al de la izquierda
Científicos de la agencia espacial estadounidense señalaron que la sonda se encuentra en una condición «saludable» tras pasar, hace pocas horas, por la roca helada.
Ultima Thule se encuentra a unos 6.500 millones de kilómetros de distancia de la Tierra, más allá del Sistema Solar, en un área denominada Cinturón de Kuiper.
La sonda enviará las fotos y otras observaciones en los próximos meses.
Horas de expectativa
«¡Adelante New Horizons!, exclamó el científico en jefe Alan Stern a las 05:33 GMT, el momento en el que se suponía que la sonda New Horizons hacía su acercamiento más próximo a Ultima Thule.
«Estaría engañándoles, sin embargo, si no les dijera que también estamos en ascuas esperando ver cómo resulta esto», comentó con anterioridad.
«Sólo tenemos una oportunidad para esto. Nada parecido se ha logrado antes y, como con cualquier misión como esta, hay riesgos», dijo a los periodistas.
Desde la madrugada de este 1 de enero, la New Horizons está programada para explorar de cerca el frío y misterioso cuerpo celeste.
Pero Ultima Thule estaba tan distante que la señal de confirmación tardó horas en llegar. Presumiendo que todo salga bien, las primeras imágenes cercanas saldrán el miércoles.
Ultima Thule es un término de origen griego usado por geógrafos romanos y medievales para indicar el norte lejano o un lugar «situado más allá del mundo conocido».
El término fue elegido por el público en una convocatoria de la NASA para dar nombre al objeto conocido hasta entonces como 2014 MU69 y situado a 6.500 millones de kilómetros de la Tierra.
El objeto es parte de una de las regiones más remotas y enigmáticas del Sistema Solar, un anillo de cuerpos helados que orbita el Sol y se conoce como el «Cinturón de Kuiper», en honor al astrónomo que predijo su existencia en la década del 50, Gerard Kuiper.
El anillo contiene restos de la formación de planetas y es un registro fósil del nacimiento del Sistema Solar.
Hal Weaver, científico de la misión, dijo que el diminuto cuerpo de 30 kilómetros de ancho es «probablemente el objeto más primitivo que se haya encontrado una nave, la mejor reliquia posible del Sistema Solar».
New Horizons usará por primera vez sus cámaras y detectores para obtener información directa sobre Ultima Thule y comenzará poco después a enviar esa información a la Tierra. Se aproximará al objeto a una velocidad de 14 kilómetros por segundo. Su punto de mayor cercanía fue a las 5:33 GMT de este martes, según lo proyectado.
Será una oportunidad única para estudiar no sólo las características y composición de ese objeto, sino los inicios de nuestro sistema planetario hace más de 4.500 millones de años.
Después de Plutón
New Horizons sobrevolará la superficie de Ultima Thule a una distancia de 3.500 km para obtener fotografías y otros datos.
En un principio existió la preocupación de que el objeto estuviera rodeado de fragmentos que podrían destruir la sonda. Pero esos restos no han sido detectados.
New Horizons fue lanzada desde Cabo Cañaveral en enero de 2006 y durante los siguientes ocho años se dirigió a su primer objetivo: Plutón y sus cinco lunas, Caronte, Estigia, Nix, Cerbero e Hidra.
La nave completó su travesía a Plutón en julio de 2015, cuando envió datos reveladores como la presencia de actividad volcánica en el planeta enano.
Cuando la sonda se aproxime a Ultima Thule a una velocidad de 51.000 km/h, los controladores en tierra deberán ordenar a la nave hacia dónde dirigir sus instrumentos.
«¿Podemos volar a 3.500 km del objeto y obtener todas esas imágenes en el sitio exacto y no perdernos nada? Ahí está para mí lo emocionante, ése es el desafío», señaló Alice Bowman, integrante de la misión, durante el encuentro anual de Unión Geofísica Estadounidense en Washington en diciembre.
¿Qué sabemos sobre Ultima Thule?
Muy poco. El objeto fue descubierto hace apenas cuatro años por el telescopio espacial Hubble cuando buscaba posibles destinos para New Horizons luego de su encuentro con Plutón.
Plutón tiene el tamaño de un continente terrestre. Ultima Thule es tan grande como una montaña de Plutón
Se cree que tiene un diámetro de unos 30 km y, como muchos otros objetos del Cinturón de Kuiper, estaría compuesto por polvo y hielo aglomerado durante los inicios del Sistema Solar hace más de 4.500 millones de años.
Teóricamente este objeto tendría una forma elongada, como una batata o cacahuete.
Y su superficie sería muy oscura, por haber sido «quemado» por radiación de alta energía durante miles de millones de años.
Los científicos esperan que Ultima Thule provea pistas sobre la formación de los objetos distantes del Cinturón de Kuiper.
Las primeras imágenes
La aproximación más cercana fue a las 05:33 GMT del 1 de enero, según los cálculos.
En el caso de Plutón, la sonda llegó hasta 12.500 km de distancia del planeta enano.
Pero New Horizons se situará a solamente 3.500 km de Ultima Thule y podrá observar en detalle la superficie de este objeto. Se espera poder discernir elementos de tan solo 33 metros de tamaño.
Debido a que la sonda debe girar para dirigir sus instrumentos, no podrá apuntar sus antenas hacia la Tierra mientras recoge datos de Ultima Thule.
Se espera que los primeros datos lleguen a la Tierra a las 15:28 GMT de este martes.
Los controladores deben esperar por ello hasta algunas horas después para que New Horizons «llame a casa».
Sólo el 2 de enero se verán las primeras imágenes, y las mejores llegarán probablemente un día después.
«Llevará cerca de 20 meses enviar todos los datos. Y eso es genial porque estaremos recibiendo regalos desde el Cinturón de Kuiper cada semana y cada mes a lo largo de todo 2019 y gran parte de 2020», le dijo a la BBC otro miembro del equipo, Alan Stern.
Las sondas Voyager
Los científicos esperan que la NASA extienda la misión de New Horizons para que se acerque por lo menos a otro objeto del Cinturón de Kuiper en la próxima década.
Ambas naves Voyager salieron de la heliosfera, la esfera de influencia del viento solar
La sonda tiene suficiente combustible para hacerlo y su batería de plutonio le permitirá seguir comunicándose con la Tierra.
Las dos sondas Voyager, lanzadas en la década del 70, abandonaron la llamada heliosfera, la esfera de influencia del viento solar y su campo magnético.
Voyager 2 lo hizo muy recientemente, en noviembre.
Ambas naves llegaron a una distancia del Sol de 110 Unidades Astronómicas (UA), o 119 veces la distancia entre la Tierra y el Sol (cerca de 150 millones de km).
New Horizons se encuentra actualmente a una distancia de 44 UA. Se aleja tres unidades cada año y su sistema eléctrico podría durar hasta que alcance 100 UA, según Stern.
«La distancia es menor que la de las sondas Voyager, pero lo interesante es que la heliosfera cambia decenas de UA debido al ciclo solar», señaló el científico.
«Nadie puede predecir cuál será el ciclo solar y cuál será el límite de la heliosfera a fines de 2030, cuando las reservas de potencia de New Horizons estén en su punto crítico».
Fuente: BBC