La sonda «New Horizons» visitará una gran roca espacial situada a 6.600 millones de kilómetros de la Tierra el próximo 1 de enero. Este es el objeto más distante alguna vez visitado por una nave.
Cuando la NASA lanzó la sonda «New Horizons», en enero de 2006, Plutón era considerado como un planeta y ningún ser humano había visto nunca más que un puñado de píxeles de su superficie. Pero esta sonda viajó durante nueve años y, el 14 julio de 2015, pasó por la cercanía del ya considerado como planeta enano. La nave se afanó en hacer el máximo número de fotografías y mediciones posibles y así reveló que Plutón es un mundo complejo, con calor interno, cubierto por glaciares y con una fina atmósfera.
Este 1 de enero, a las 06.33, hora española, la intrépida «New Horizons» hará otra visita histórica que cambiará los libros de texto y lo que sabemos sobre los orígenes del lugar donde vivimos, el Sistema Solar. La sonda pasará a solo 3.500 kilómetros de MU69 o Ultima Thule, un cuerpo frío y de unos 35 kilómetros de diámetro situado en el cinturón de Kuiper, en los confines del Sistema Solar, a 6.600 millones de kilómetros de distancia de la Tierra. Si todo va bien, esta será la visita al objeto más lejano hecha en toda la historia. Además, será la exploración del cuerpo más primitivo hasta la fecha, puesto que se considera que Ultima Thule es un auténtico fósil que ha permanecido inalterado desde que nació nuestro sistema planetario.
Un fósil en el congelador
«Estamos realmente ilusionados por el hecho de que vamos a visitar una región completamente nueva e inexplorada del Sistema Solar», ha explicado a ABC Henry Throop, científico senior de la misión «New Horizons» e investigador en el Planetary Science Institute en Washington (EE.UU.). «Hay cientos de miles de objetos en el cinturón de Kuiper y son los cuerpos más primitivos de los que tenemos constancia. Fueron formados hace 4.500 millones de años y han estado en el “congelador” desde entonces. Por eso, al visitar MU69 vamos a encontrar algunas de las materias primas con las que se hicieron los planetas y ver el Sistema Solar tal como era hace miles de millones de años».
El largo viaje de la nave «New Horizons». Fue lanzada en enero de 2006 y llegará a Ultima Thule en enero de 2019 – NASA
El cinturón de Kuiper es básicamente un anillo de cuerpos helados situado más allá de Neptuno que recuerda a un campo de escombros. Allí existen miles de millones de cometas y millones de planetesimales, fragmentos de hasta 100 kilómetros de longitud, y también decenas de planetas enanos, como Plutón o Eris. Quizás, lo más interesante de este cinturón de Kuiper es que se conserva casi igual desde que nacieron los planetas.
Más allá de las fronteras de lo conocido
Por ello, visitar esta zona es crucial para completar el «puzzle» de los orígenes del Sistema Solar. Y de ahí la importancia de recalar en Ultima Thule o MU69: «Nunca nadie ha visto este tipo de objeto. Nunca nadie ha visto algo tan prístino y primordial», ha dicho en Sciencemagazine Alan Stern, investigador principal de «New Horizons».
El nombre de Ultima Thule hace honor a «Thule», un término que aparece en fuentes históricas para referirse a una isla, en un norte lejano e inalcanzable, o a un lugar lugar situado más allá de las fronteras del mundo conocido. Se trata de un pequeño objeto que fue hallado en 2014 por el telescopio espacial Hubble, y del que apenas se conocen un par de datos. Es pequeño, con decenas de kilómetros de diámetro, y tiene un brillo rojizo.
Pero poder estudiarlo de cerca permitiría averiguar cosas como si tiene muchos cráteres, lo que indicaría lo tranquilo o agitado que es el cinturón de Kuiper. También se podría buscar la presencia de unos guijarros que son los ladrillos que constituyen los planetesimales, grandes cuerpos que a su vez se fusionaron para generar planetas en el pasado. También se indagará en si es un cuerpo individual o doble o si está rodeado por una nube de polvo.
Estudiar Ultima Thule y usarlo para asomarse al pasado del Sistema Solar no será fácil. No solo porque estos días la NASA ha cerrado sus puertas por un cierre administrativo en Estados Unidos. Sino también porque no se conoce con exactitud ni su órbita ni su posición y porque la sonda se está adentrando en una región no explorada.
«Un pequeño grano de polvo, de solo un milímetro de diámetro, podría dañar la nave, sobre todo porque viaja a 54.000 kilómetros por hora», ha explicado Henry Throop. Para tratar de evitarlo, los ingenieros han explorado la zona hasta la extenuación.
Además, la sonda está tan lejos, que las ondas con las que los ingenieros envían instrucciones y modificaciones tardan seis horas en llegar. En el momento crítico del encuentro, la nave hará todas las mediciones en solo una «hora dorada», que los científicos llevan tres años planificando.
Fotografía del abismo
La «New Horizons» tiene siete instrumentos para radiografiar MU69. Según Henry Throop, los datos más importantes serán recogidos por LORRI, una cámara con una resolución de 35 metros. También se captarán imágenes para deducir la composición química del objeto, mientras que otros sensores analizarán su exigua atmósfera y su forma de interaccionar con el Sol.
Si todo va bien, y se produce el encuentro entre la sonda y Ultima Thule, la NASA publicará una primera imagen de baja resolución de su superficie el próximo miércoles y más datos el jueves. Pero harán falta unos 20 meses para que se descargue toda la información. La «New Horizons», que viaja en dirección al centro de la Vía Láctea, seguirá funcionando hasta mediados de los años treinta hasta agotar su energía. Quizás en el futuro pueda visitar otro objeto del lejano cinturón de Kuiper. Por entonces ya sabremos mucho más sobre el lugar donde vivimos.
Fuente: ABC
Muy buena la explicación, clarísima, felicitaciones y gracias por compartir todos estos conocimientos.