La nube de gas formada en los inicios del Universo ha sido descubierta por un potente telescopio desde Hawái. Solo se conocen otras dos iguales en el Cosmos.
Simulación de galaxias y gases en el universo. Dentro del gas en los filamentos (azules) que conectan las galaxias (anaranjadas) se esconden bolsas raras de gas prístino, vestigios del Big Bang que de alguna manera han quedado huérfanos de las explosivas y contaminantes muertes de estrellas, que se ven aquí como ondas de choque circulares alrededor de puntos naranjas – TNG
Astrónomos que utilizan el telescopio óptico más poderoso del mundo, el Observatorio WM Keck en Maunakea (Hawái), han descubierto una auténtica reliquia cósmica. Se trata de una rarísima nube de gas, huérfana después del Big Bang, que puede ofrecer nueva información sobre cómo se formaron las primeras galaxias del Universo. Solo se conocen otros dos «fósiles» astronómicos como este.
El descubrimiento [Puedes leer una prepublicación del estudio aquí] de un fósil tan raro resulta algo espectacular. «En todos los lugares donde miramos, el gas en el universo está contaminado por el desperdicio de elementos pesados de las estrellas en explosión», dice Fred Robert, de la Universidad de Tecnología de Swinburne. «Pero esta nube en particular parece prístina, no contaminada por estrellas, incluso 1.500 millones de años después del Big Bang», añade.
Según explica el investigador, si la nube tiene elementos pesados, deben de ser menos de 10.000 veces la proporción que vemos en nuestro Sol. Esto es algo extremadamente bajo, por lo que, a su juicio, la explicación más convincente es que es «una verdadera reliquia del Big Bang».
Robert y su equipo utilizaron los instrumentos del Observatorio Keck para observar el espectro de un quásar detrás de la nube de gas. El quásar, que emite un resplandor brillante de material que cae en un agujero negro supermasivo, proporciona una fuente de luz contra la cual se pueden ver las sombras espectrales del hidrógeno en la nube de gas.
«Nos dirigimos a quásares donde investigadores anteriores solo habían visto sombras de hidrógeno y no de elementos pesados en espectros de menor calidad», dice Robert. «Esto nos permitió descubrir un fósil tan raro rápidamente».
Otras dos nubes originales
Las únicas otras dos nubes fósiles conocidas fueron descubiertas en 2011. «Las dos primeros fueron descubrimientos fortuitos, y pensamos que eran la punta del iceberg. Pero nadie ha descubierto algo similar, son claramente muy raras y difíciles de ver. Es fantástico descubrir finalmente una sistemáticamente», dice John O’Meara, científico jefe el Observatorio Keck y que ha participado en los tres hallazgos.
«Ahora es posible inspeccionar estas reliquias fósiles del Big Bang», dice Michael Murphy, también coautor del estudio. «Eso nos dirá exactamente qué tan raros son y nos ayudará a comprender cómo se formaron algunas estrellas y galaxias con gas en el universo temprano y por qué algunas no lo hicieron».
Fuente: ABC