Una reciente investigador ha concluido que, de existir, estos objetos no serían transitables.
Las ecuaciones de campos de Albert Einstein para la gravedad predicen la existencia de los conocidos agujeros negros. Ludwig Flamm, Albert Einstein y Nathan Rose descubrieron y demostraron que estos campos también son compatibles con la existencia de los agujeros de gusano, agujeros blancos o puentes de Rose-Einstein. Estos pueden comportarse como auténticos túneles que conectan distintos puntos del espacio-tiempo, incluso cuando estos puntos están a grandes distancias, por lo que existe la posibilidad de que fueran una forma de viajar lejos en poco tiempo. Esta premisa se basa en la existencia de una fuerza de repulsión que mantiene abierta la boca de estos túneles. Sea como sea, lo cierto es que nunca se ha detectado un agujero de gusano, se desconoce qué proceso podría generarlos y solo existen en la teoría.
Poder detectarlos pasa por tratar de deducir cuál podría ser su naturaleza. Por ese motivo, los físicos se embarcan en complejos cálculos y teorías que se basan normalmente en paradigmas fiables, como la Relatividad, y en otros más teóricos, como la teoría de cuerdas. Recientemente, un equipo de investigadores de la Universidad Rusa de la Amistad de los Pueblos (RUDN) ha presentado una investigación en la revista Physical Review D en la que han descartado que sea posible viajar a través de los agujeros de gusano.
«Nuestra esperanza de que esos objetos existan descansa en el hecho de que las ecuaciones de Einstein tienen como solución posible los agujeros de gusano», ha dicho en un comunicado de la RUDN Roman Konoplya, primer autor del estudio. «Sin embargo, para que los agujeros de gusano sean atravesables y no colapsen a causa de la gravedad, la fuerza de repulsión en el cuello de botella debe ser extremadamente alta».
Los físicos suelen proponer varios mecanismos para originar esta fuerza repulsiva. Una es la existencia de energía oscura y otra la de la presencia de fluctuaciones de vacío en los campos cuánticos del cuello de botella del túnel. En ambos casos, según propone Konopyla, es necesario ser optimista y tener una buena dosis de imaginación.
¿Qué mantiene abierto el túnel?
En 2011, científicos griegos y alemanes propusieron una nueva solución para la existencia de una fuerza repulsiva que pudiera mantener abiertos los agujeros de gusano, de forma que se pudiera viajar a través de ellos. Y todo sin introducir nuevos campos o formas de materia. Según estas propuestas, la repulsión es posible sencillamente como resultado de tener en cuenta correcciones cuánticas de la teoría de Einstein, basándose en premisas de la teoría de cuerdas (en concreto, de la teoría Einstein-Gauss-Bonnet). De esta forma, estos cálculos permitirían que un agujero de gusano fuera estable frente a pequeñas fluctuaciones en el espacio-tiempo.
Pero Roman Konopyla no cree que esto pudiera ser posible: «Algunos estudios preliminares de colegas extranjeros indicaron la posibilidad de que –el cuello de botella de los agujeros de gusano– fuera estable», ha explicado el investigador. «Sin embargo, hemos confirmado que un agujero de gusano compatible con la teoría de Einstein es críticamente inestable», ha dicho el investigador.
Según los cálculos realizados por Konopyla, los sistemas inestables, como este, no pueden existir en la naturaleza sin desintegrarse. ¿Qué significa todo esto? «Por desgracia, estos resultados indican que todavía no tenemos un modelo teórico consistente para los agujeros de gusano que no se base en asunciones exóticas». ¿Quiere decir eso que no existen los puentes de Rose-Einstein? ¿O bien que no son transitables? ¿Alguna vez lo averiguaremos?
Fuente: ABC