El hallazgo de salmuera en un cráter refuerza la idea de que el subsuelo sea habitable para los microorganismos.
Se cree que cuando Marte tenía mil millones de años su superficie estaba repleta de agua líquida. La dinámica de sus entrañas permitía la aparición de ciclos geológicos y el crecimiento de volcanes tan grandes como el Monte Olimpo, que tiene hoy más de 21 kilómetros de altura y 500 de base. En definitiva, Marte era un «organismo» vivo en el que aparecían crestas y cañones, pero por algún motivo todo eso cambió. Y el que podía ser un planeta similar a la Tierra en varios aspectos, pasó a convertirse en una roca árida y fría cubierta de cráteres.