Descubren un nuevo planeta dentro del Sistema Solar

Se trata del objeto más distante descubierto hasta ahora en nuestro sistema planetario, a una distancia de 15.400 millones de kilómetros.

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A muchos les parecerá increíble, pero lo cierto es que nuestro Sistema Solar, el rincón que ocupamos en el Universo, guarda aún un buen número de sorpresas. Y una de ellas, un nuevo planeta, acaba de ser revelada por un grupo de astrónomos de la Institución Carnegie en Washington. Se trata de un objeto de entre 500 y 1.000 km de diámetro y que se encuentra tres veces más lejos del Sol que Plutón. De hecho, es el cuerpo más lejano descubierto hasta ahora dentro de nuestro propio sistema planetario. A la espera de un nombre, el nuevo miembro de nuestra familia planetaria ha sido designado como V774104.

Hará falta otro año completo de investigación para determinar con exactitud la órbita del nuevo mundo y sus demás características, aunque según sus descubridores, el objeto podría llegar a incluirse dentro de una clase emergente de «objetos extremos» del Sistema Solar, con extrañas órbitas que hacen pensar en la influencia oculta de planetas ocultos aún mayores o, incluso, de otras estrellas cercanas.

«No podemos explicar las órbitas de esta clase de cuerpos a partir de lo que sabemos del Sistema Solar -explica Scott Sheppard, astrónomo de la Institución Carnegie, que anunció hoy el hallazgo durante una reunión de la Sociedad Astronómica Americana-. Actualmente, V774104 está a 15.400 millones de km. del Sol. O lo que es lo mismo, a 103 Unidades Astronómicas (UA)». Una UA es la distancia que separa la Tierra del Sol, y equivale a 150 millones de km. V774104, pues, está mucho más lejos del Sol que cualquier otro mundo conocido. Sheppard hizo su descubrimiento utilizando el telescopio japonés de 8 metros Subaru, en Hawaii.

Mundo helado u objeto interno de Oort
Según cuál sea su órbita, el nuevo planeta enano podría ser incluído en dos «clubs planetarios» diferentes. Si su recorrido le llevara, en algún momento, a estar más cerca del Sol, podría ser incluído en el grupo relativamente común de mundos helados cuyas órbitas están determinadas por la influencia gravitatoria de Neptuno. Pero si por el contrario su órbita nunca le llevara a acercarse al Sol, entonces entraría a formar parte directamente del exclusivo club al que, por ahora, solo pertenecen otros dos miembros: Sedna y 2012 VP113.

De hecho, estos dos planetas enanos nunca se acercan al astro rey a menos de 50 Unidades Astronómicas, y sus alargadas órbitas les llevan incluso a distancias superiores a las 1.000 UA. Sheppard los llama «Objetos internos de la nube de Oort», para distinguirlos de los cuerpos helados del Cinturón de Kuiper, más cercanos, a distancias de entre 30 y 50 UA. La nube de Oort es una enorme región esférica densamente poblada de objetos y que rodea por completo al Sistema Solar, a miles de UA de distancia, marcando sus fronteras externas y el límite de la influencia gravitatoria del Sol.

Una fuerza de origen desconocido
Uno de los aspectos más interesantes de los objetos del interior de la nube de Oort es, precisamente, que la excentricidad de sus órbitas no puede ser explicada a partir de la estructura conocida del Sistema Solar. De hecho, los astrónomos están convencidos de que debe haber «algo más» que perturbe esas órbitas hasta tal punto. Algo como un planeta gigante aún no descubierto que «duerma» en lo más profundo de la nube, quizá un mundo expulsado hace miles de millones de años del Sistema Solar interno y que aún permanezca en las proximidades, afectando con su enorme masa a las órbitas de los objetos cercanos.

Otras teorías sugieren que, a esas distancias, los posibles planetas (y sus órbitas) podrían verse afectadas por la fuerza gravitatoria de otras estrellas cercanas. Y hay incluso quien afirma que las fuerzas gravitatorias que aún actúan en el Sistema Solar podrían proceder de la lejana época en la que el Sol se formó, cuando el «proto Sol» estaba rodeado de otros «viveros estelares» que podrían haber aportado los «codazos gravitatorios» necesarios para determinar los movimientos que observamos en la actualidad.

En cualquier caso, hasta que Sheppard y su equipo sean capaces de determinar con exactitud su órbita, no sabremos hasta qué punto V774104 es interesante. Lo que ya es indiscutible es que el nuevo mundo ya tiene el mérito de ser, por ahora, el objeto más distante descubierto hasta ahora en el Sistema Solar.

Fuente: ABC

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