Casi dos mil argentinos tienen terrenos en la Luna

Los argentinos ya gastaron 150 mil dólares en terrenos en la Luna

Nuestro país es el segundo de América latina que más lotes tiene. Cada terreno se vende a 36,50 dólares.
 
Vivir en la Luna ya no es más una expresión para referirse a quienes siempre están distraídos, y podría volverse una realidad. Al menos así lo creen los 1741 argentinos que compraron terrenos en el satélite natural, y que representan al segundo país en Latinoamérica que más lotes de ese tipo tiene.

El estadounidense Dennis Hope, quien desde 1980 tiene la Luna y todos los planetas del sistema solar registrados a su nombre, comercializa 1.500 terrenos diarios de media hectárea en la Luna, Mercurio, Marte y Venus.

Los argentinos ya gastaron 150 mil dólares en terrenos en la Luna

Nuestro país es el segundo de América latina que más lotes tiene. Cada terreno se vende a 36,50 dólares.
 
Vivir en la Luna ya no es más una expresión para referirse a quienes siempre están distraídos, y podría volverse una realidad. Al menos así lo creen los 1741 argentinos que compraron terrenos en el satélite natural, y que representan al segundo país en Latinoamérica que más lotes de ese tipo tiene.

El estadounidense Dennis Hope, quien desde 1980 tiene la Luna y todos los planetas del sistema solar registrados a su nombre, comercializa 1.500 terrenos diarios de media hectárea en la Luna, Mercurio, Marte y Venus.

Cada terreno cuesta 36,50 dólares, y los argentinos ya llevan gastados 150.000 en total en la adquisición de estos lotes. A nivel mundial, la empresa vendió terrenos a 6 millones de personas en 80 países del mundo y a más de 1.300 corporaciones, según informa el diario El Cronista.

Son terrenos de 4000 metros cuadrados, cuyos títulos de propiedad se entregan con un certificado personalizado de la escritura de compra, una foto por satélite de la propiedad, e información geográfica para ayudar a localizarla.

Hope puso a su nombre a los planetas y satélites aprovechando un vacío legal del Tratado de Espacio Exterior, que estableció Naciones Unidas en 1967. Este prescribe que ningún Estado ni nación podría apropiarse de un planeta o una estrella. Sin embargo, no hacía referencia sobre particulares, por lo que Hope solicitó en un juzgado norteamericano que se le adjudicara la Luna como propiedad.

Aprobado su pedido, presentó una declaración de posesión de los planetas con sus respectivas lunas ante la Asamblea General de las Naciones Unidas y ante el gobierno de los Estados Unidos y dividió a la Luna e inició su venta mediante su empresa, la "Embajada Lunar".

Hope hasta vende a los compradores de lotes un pasaporte de la Luna, de Marte o de Venus por 15 dólares, más 4 de gastos de envío. El empresario también comercializa relojes, remeras, tazas, lapiceras, gorros y hasta camperas de cuero; todos con la insignia de la "Embajada Lunar".

 Fuente: Array

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